La innovación siempre debe ser parte de la inversión de un taller. A continuación te indicamos diez buenas prácticas para estar siempre a la última:
- Integrar la innovación en la estrategia general de la empresa. La innovación implica un aumento del beneficio en la productividad y se convierte en un factor competitivo clave.
- Asumir el proceso innovador desde la propia Dirección. La gerencia debe invertir tiempo en la innovación y poner todos los medios para incentivarla y controlarla.
- Innovar siempre pensando en el mercado. La innovación parte de la identificación de las necesidades del mercado. Solo tiene sentido en la medida en que se consigue satisfacerlas.
- Enfrentarse al riesgo. Es necesaria una fuerte convicción para ir contra corriente. Sin riesgo no hay fracaso, pero tampoco éxito. Hay que ser flexible y estar abierto al cambio.
- Delegar y concentrarse en el propio “saber hacer”. La gerencia debe participar en el qué se va a hacer y en el para qué, y dejar el cómo en manos de los expertos.
- Innovar sí, pero de forma planificada. Definir presupuestos en función de los objetivos. Elaborar un análisis del estado de la situación y exigir resultados en plazos razonables.
- Formalizar las ideas en proyectos de innovación. Los proyectos son herramientas que permiten desarrollar una estrategia de innovación. Solo a través de ellos se puede optar a ayudas e incentivos económicos. Deben apoyarse en tres pilares básicos: técnico, comercial y financiero.
- Cooperar al máximo junto a empresas y organismos de investigación. Colaborar con Centros Tecnológicos y universidades, a través de contratos que transfieran conocimiento. Cooperar con empresas que complementen la actividad de la propia compañía.
- Destinar recursos humanos y materiales razonables. Hay que dedicar personal capacitado para aportar ideas y para captar las buenas iniciativas de los demás. La formación de los profesionales de un taller resulta clave en el éxito del negocio.
- Afrontar el futuro integrando la cultura de la innovación en la empresa. La innovación, junto a la cooperación y la expansión, son las claves del éxito. Solo a través de una economía basada en el conocimiento será posible afrontar los retos de un mercado globalizado.